jueves, 15 de enero de 2009

Roles femeninos y masculinos

Una visión simple de algo complejo.



El nuevo rol de la mujer en la ciudad



Una visión simple de la fuerza y el influjo del movimiento femenino sobre la sociedad actual, diría que el rol de la mujer en la sociedad ha cambiado por que el 30% de los altos cargos públicos son ocupados por mujeres, o por que acaban de nominar una mujer para general de la república etc.

Se hace necesario entonces, aclarar que no es así de simple pero dado que el tema tiene cualidades casi infinitas, nos remitiremos al contexto local, a esa relación Mujer-Ciudad, para denotar el moldeamiento, el rediseño y la coacción del genero femenino en el desarrollo de la ciudad en aspectos que van desde lo arquitectónico público hasta lo privado familiar, pasando por una extensa gama de accionares en los que la mujer ya no solo es influencia sino determinación.

Desde la señora que se levanta a las cuatro de la mañana, deja sus niños listos para que una tía los lleve al colegio y empacado el almuerzo de su esposo, antes de salir de su casa en Usme para ir a asear los pisos de alguna oficina en el Worl Trade Center, pasando por la vendedora de ropa interior de algún almacén del barrio Siete de Agosto, la voceadora de prensa de la esquina de la calle 57 con Caracas, la ingeniera civil que le compra el periódico antes de pasar a revisar las placas averiadas de Transmilenio, la conductora del Móvil T745 que le da el paso, la gerente de servicios comerciales de Bancolombia que desde su A4 ruega para que el semáforo cambie rápido, la agente de transito que la mira como pidiéndole que tenga calma mientras en el mismo articulado T745 la abogada asesora del Consejo Superior de la Adjudicatura piensa en sus hijos y en la ley de pico y placa que no le dejó sacar el carro hoy. Más al norte, las vendedoras de flores de la 67 alistan sus hermosos productos mientras las maquilladoras de los salones de belleza de enfrente esperan en la cafetería a la dueña a quien hoy le cogió un poca la tarde pues tenía que llevar a su hijo a la cita médica con la odontóloga quien tiene su consultorio en el centro comercial Granahorrar de la calle 72, al lado del cual queda la oficina privada de la directora de planeación distrital quien antes de salir para su oficina en el centro, atiende a una amiga vendedora de productos de Avón que meses atrás era su secretaria y que ahora maneja un grupo de vendedoras entre las que están una enfermera del nuevo Instituto de Seguros Sociales y una profesora del colegio María Auxiliadora de la calle 170. Así como todas ellas, existen en las ciudades de hoy mujeres que no solo influyen en la cotidianidad de la ciudad, sino que la construyen día a día.

Quién podría negar hoy la intervención de las mujeres como entes de determinación en todos los aspectos de la sociedad de cualquier ciudad del mundo. Deciden que tipo de alimentación es buena o no para sus familias, la ropa, el tipo de servicio médico, el lugar de vacaciones, en fin, el estilo de vida de ellas y de sus familias. Tanto es su influjo sobre la cotidianidad de la vida social que los grandes almacenes proyectan lo que venderán de acuerdo a la determinación de compra de las mujeres. Las aseguradoras y las EPS diseñan planes especiales para ellas, el gasto social del estado dedica rubros importantísimos para atender las observaciones de las mujeres etc.

Todo lo anterior nos indica un cambio nunca antes visto en la sociedad mundial respecto al papel desempeñado por las mujeres, un posicionamiento y un vuelco total del estatus del género femenino, y algo que llama la atención en demasía “hacen todo eso y más sin dejar de hacer lo que hacían antes”


Cambios en el rol masculino

Ese cambio en los roles femeninos, por supuesto que motiva y obliga el cambio en los roles masculinos. En muy pocas décadas las mujeres se convirtieron en la mano de obra preferida de las industrias manufactureras, en las ventas, en las empresas de servicios y en muchos otros campos en los que también en muchos casos es la mujer la jefa.

El hombre sigue desempeñando los mismos roles que siempre ha desempeñado pero se nota un fuerte cambio en lo tradicional de los mismos, los hombres que se presentan hoy en día a una oficina de empleos se ven superados por las mujeres en número y preparación en muchos casos. Tal ves no necesariamente esto indique que las mujeres se hayan apropiado de los roles de los hombres o que los hayan superado, pero sí, que las cargas tienen hoy en día un mejor balance.

No hay nada malo en que un hombre lave y planche mientras su esposa va a la oficina siendo ella quien ostenta ahora el rol de proveedora que tradicionalmente era de él.

Se puede entonces hablar de una fusión de roles, en lugar de un cambio, y ello nos permite acercarnos a aquel utópico concepto de igualdad que siempre hemos perseguido.
De cualquier forma, el cambio se nota en la ciudad, en los países y en el mundo.

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